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| Joy Division y su inmortal Dead Souls. Fuente. |
En alguna ocasión he escrito sobre Joy Division y hace poco vi el documental que hicieron en 2007, hace unos diez años, y donde se revelaba a la banda como unos pioneros de una época de cruce de influencias. La película es bastante recomendable y me recordó uno de sus temas más conocidos: Dead Souls, el cual he considerado rescatar esta semana, porque pega a la perfección, ¿no?
Los componentes del grupo decían que su cantante, Ian Curtis, siempre era el primero en ponerse trabas a sí mismo, obstáculos en los que caía. Siempre que pudo haber sido feliz o lograr un éxito, la oscuridad lo reclamaba. Al final, él mismo acabó con su vida y Joy Division quedó como esa pesadilla oscura donde muchos hemos encontrado música y buenas historias.
La música consiste también en dejarse llevar. Durante los primeros minutos de Dead Souls no suena ninguna voz, solo el ritmo, el acompañamiento, la melodía que acaba colándose en cada parte de tu ser, y cuando llega la voz de Curtis ya formas parte de este canto fúnebre.
La canción cuenta con un cover bastante interesante que a todos los seguidores de la película de El Cuervo os sonará, ya que Nine Inch Nails (NIN) lo realizó para dicha película. Sí, El Cuervo y su banda sonora formaron una alianza para ser la mayor causa del génesis de góticos de la Historia (o casi).
Un duelo de personalidades, sueños que se disipan y voces e ilusiones que llaman al protagonista de esta canción y cada uno de nosotros. Dead Souls aparenta que es solo eso, pero es mucho más y cada uno debe encontrar la respuesta mientras la escucha. Cada uno. Solo. Siempre.
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