Cronos, una de las grandes películas de Guillermo del Toro. Fuente |
"¿Quién dice que los insectos no sean las criaturas favoritas de Dios?"
A lo largo de la historia del cine podemos ver una sombra que se repite en multitud de películas: la sombra del vampiro. Ya sea bajo la mirada del siniestro conde Orlok o los colmillos del insigne Drácula, multitud de filmes han recogido la presencia del chupsangre, un ser que se alimenta de la vida de otros, igual que el propio arte, como es el cine, se alimenta del tiempo de los creadores y los espectadores. Muchas películas de vampiros guardan ciertos parecidos, pero Cronos no es una de ellas. Incluso podríamos llegar a decir que Cronos no es una historia de vampiros (o no una más), sino una fábula sobre la vida y la muerte... y los monstruos.
Tras varios cortos y episodios de la serie Hora marcada, el director mexicano Guillermo del Toro debutó en el cine 1993 con Cronos, una historia sumamente original donde se nos narra la historia de un abuelo, Jesús Gris (un magistral Federico Luppi), y su nieta Aurora, que hallan en su tienda de segunda mano un misterioso artefacto creado por un alquimista. Dicho artilugio guarda la clave de la inmortalidad, pero a un alto precio: la sed de sangre. Como no puede ser de otra manera, los de la Guardia, tío y sobrino, buscan este poderoso objeto a toda costa y a cualquier precio.
Poderosamente diferente, jugando con elementos como la vejez, los juegos referenciales como el fin de año y la Navidad, el tempus fugit, el memento mori del abuelo y la inocencia de la nieta, Cronos es una película que no ha envejecido y marca una interesante diferencia con respecto al resto del género vampírico. En ese México de 1997, nos creemos la existencia de vampiros modernos, seres que buscan la inmortalidad y la magia de un artefacto imposible.
Si Guillermo del Toro ha trabajado con el mito del vampiro en otras películas como Blade 2 (la mejor de la trilogía) y los libros y la serie The Strain, en Cronos comenzó esta pasión, igual que lo hizo con su admiración hacia los monstruos y su modo de retratar la vida de estos de un modo único. Pocos directores tienen la sensibilidad que posee Guillermo del Toro, capaz de pasar de la crueldad de seres como el sobrino de Ángel de la Guardia (estupendo Ron Perlman, que aparecerá en varias películas más de del Toro) hasta la poética conclusión, sin dejar de lado el patetismo de la escena del baño, la inocencia de la nieta o segmentos cómicos como el del preparador de cadáveres o el regreso del abuelo con ese curioso "sarcófago". Muchos de los grandes temas de del Toro aparecen en esta primera película, un gran debut que inaugura una excelente carrera de un ecléctico creador cuya pasión por los monstruos ha creado filmes únicos como es el caso de Cronos.
Cronos trata sobre el tiempo, la vida y la muerte, pero también sobre algo más importante: cuánto viviremos y cómo viviremos y moriremos, preguntas que se vuelven más importantes y a las que Guillermo del Toro responde con el amor y la misericordia. Aquellos capaces de ejercer dichos sentimientos, obtendrán un último regalo; quienes no, morirán bajo las garras del tiempo.
In 1536, fleeing from the Inquisition, the alchemist Uberto Fulcanelli disembarked in Veracruz, Mexico. Appointed official watchmaker to the Viceroy, Fulcanelli was determined to perfect an invention which would provide him with the key to eternal life. He was to name it... the Cronos device. 400 years later, one night in 1937, part of the vault in a building collapsed. Among the victims was a man of strange skin, the color of marble in moonlight. His chest mortally pierced, his last words... Suo tempore. This was the alchemist.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.
¡Muchas gracias por tu comentario!