Capitán América 3: Civil War, cuando los héroes chocan

Los bandos del Capitán América: Civil War.

"No siempre podemos salvar a todo el mundo, pero uno no se rinde"- Capitán América.

¿En qué lado estás tú? Con esa frase, Marvel vendió en su día el evento cómiquero Civil War, que sirvió para que muchos nos embarcásemos en las viñetas del Universo Marvel. En 2007, la lectura de aquellos cómics, me llevó a zambullirme en la Casa de las Ideas y, ahora, casi diez años después, tenemos una película que toma varios de sus elementos clave.

Capitán América: Civil War es la decimotercera pieza (y el número no da mala suerte) de su Universo Marvel Cinematográfico, que se extiende ya desde la gran pantalla a la pequeña, los cómics y mucho más. Todo un innegable ejercicio de arquitectura de ficción que hace que los espectadores y lectores agradezcamos estar viviendo esta edad de las maravillas.

Los directores, los hermanos Russo, regresan tras El Soldado de Invierno para sumergirnos en una historia donde la redención, la condena y la ruptura de las viejas alianzas son claves. En un mundo que aún se recupera de los acontecimientos de Sokovia en La Era de Ultrón, el Capitán América ve su labor y las de sus Vengadores cuestionada por un mundo que aún no sabe hacer frente a los héroes y villanos del mañana. Cuando muchos quieren que Los Vengadores se pongan al servicio de la ONU, con Iron Man a la cabeza, el regreso de Bucky Barnes cambia todo. Steve está dispuesto a darle una oportunidad, pero el mundo se cuestiona si necesita héroes y, de repente, estalla la situación: la guerra civil ha comenzado.

Los hermanos Russo no solo consiguen hacer una película entretenida, sino que también se siente como una evolución lógica de todo lo narrado. Cumplen con sus labores tras las cámaras y el fan se pregunta cómo será su trabajo en la futura Guerra del Infinito, en dos partes, que se prepara para Los Vengadores con ellos a los mandos. Muchos se preguntarán si Civil War es mejor que El Soldado de Invierno. Con cierta frialdad, diré que son dos películas diferentes en muchos aspectos y ambas cumplen con sus propósitos, pero esperaré para verla otra vez y sacar más conclusiones, porque sí, esta es una de esas películas que se merecen más de un visionado para disfrutar de todo lo que nos muestra.

Antiguos amigos convertidos ahora en enemigos. Fuente.

Tambores de guerra

¿Qué significa ser un superhéroe? ¿Cuáles son las consecuencias de alguien con poderes sobre el destino de los demás? ¿Adónde conducen los caminos heroicos cuando se tuercen? ¿Cuál es nuestra responsabilidad sobre los actos? ¿Qué suponen los justicieros en un mundo real? ¿Te enfrentarías a un amigo? Estos son algunos de los temas que se tocan durante Civil War y que nos demuestran que Christopher Markus y Stephen McFeely, los guionistas de la película, han sabido qué tono dar a las aventuras del Centinela de la Libertad a lo largo de su trilogía.

Pese a que la película se mueve con muchas de las claves de la reciente Batman v Superman, en Capitán América 3: Civil War notamos que todos esos elementos funcionan con cierta fluidez, sin tanta arritmia y de un modo más lógico que hace que sus más de dos horas pasen volando y sintamos que nuestros personajes tienen motivo para estar en la gran pantalla. Civil War tiene algunos problemas (quizás el final podría haber sido más duro, algunas tramas suceden demasiado rápido...), pero son detalles que se pueden pulir, simplemente, con un segundo visionado.

Cuando se anunció el proyecto, uno de los temores (y no sin motivo) de algunos fans es que Marvel no supiese lidiar con tantos personajes en una sola película, pero, por suerte, con mayor o menor fortuna, han sabido dominarlos a todos y manejar los tiempos. Steve Rogers es el personaje central, pero es una cinta a su vez bastante coral. Creo que hay un equilibrio entre que sea la tercera película del Capitán América y Los Vengadores 2.5, no obstante Rogers siempre ha estado muy cercano a los Vengadores (aunque puede que en algún punto quede en un segundo plano y otros personajes sigan evolucionando en gran pantalla, como Stark o Pantera Negra).

Por suerte, toda la película guarda un potencial increíble y hace que el espectador salga de la sala con ganas de seguir conociendo a estos personajes en el cine, algo que es un símbolo más del triunfo de Marvel como creadora de un universo.

La batalla del Soldado de Invierno y el Capitán América contra Iron Man.

De los cómics de Civil War, el evento capitaneado por Mark Millar y Steve McNiven, toma elementos claves como el enfrentamiento del Capitán América y Iron Man, a la par que añade algunos propios y escapa de lo esperable, no obviando algunos guiños como esa batalla donde los rayos de Iron Man chocan contra el escudo del Capi. En el cómic, los superhéroes debían quitarse las máscaras y trabajar al servicio del gobierno, lo que los dividía. En la película, los Vengadores deben trabajar para otros organismos, cosa que Rogers no entiende, heredero de un modo de justicia clásico y quizás no acorde con estos tiempos (dejando el tema de la identidad y centrándose más en la responsabilidad).

Muchos se han quejado del concepto de “war” y que hayan tan pocos personajes superheroicos enfrentados, pero considero que Marvel ha tomado el concepto y le ha dado un nuevo sentido: es un enfrentamiento entre héroes que se destrozan a sí mismos, una guerra entre ellos con lo que supone. Y no me parece mal para captar la lucha a la que se someten.

Al guion, con todos esos debates moralistas, también se le añaden buenas escenas de acción, algunas deudoras de los cómics como ese Ant-Man haciendo equipo con Ojo de Halcón. Y es que la acción de las viñetas ya se traslada con gran efectividad a las películas y eso se nota en que hay secuencias que parecen arrancadas de los propios tebeos.

En el tercio final, más allá de los apuntes políticos y otras cuestiones cimentadas en la película, es el choque entre Steve Rogers y Tony Stark todo lo que mueve un clímax épico donde nuestros héroes se destrozan mutuamente, con un desenlace que rememora a una victoria sin auténticos ganadores y donde el sentimiento de pérdida abunda en cada fotograma.

La división entre los héroes queda patente y el destino se desdibuja entre las cenizas de la batalla.

Homenaje a las viñetas del cómic.

Team Cap

Steve Rogers, el Capitán América, el hombre fuera de su tiempo… Chris Evans ya está más que a gusto con su personaje y es capaz de transmitir la nostalgia, la pena y el valor que le otorga él a sus amigos. El destino de Bucky le hace dar un paso más allá a la par que enfrentarse a la ley y convertirse en un proscrito. Todo esto mientras afronta un mundo donde sus ideales han desaparecido, a la par que sus seres queridos. Especialmente dramático es el funeral al que asiste, que le retrata como un héroe que sufre, como tantos de Marvel. Por fin, se acerca a la agente 13, Sharon Carter (Emily VanCamp), por cierto, lo que nos devuelve una y otra vez las imágenes de los cómics. Se hará muy difícil ver a otro actor interpretando a este personaje en el futuro.

Chris Evans como el Capitán América en Civil War.

Un papel fundamental recae en el actor Sebastian Stan, que interpreta a Bucky (el Soldado de Invierno). Es un personaje atormentado por los experimentos a los que le sometieron, las monstruosas acciones que le obligaron a cometer y consigue aportar toda esa contrariedad en su interpretación. Es el principal motor de la trama por sus acciones del ayer y las que debe tomar a continuación. Es interesante como Rogers es capaz de luchar por su viejo amigo y afrontar un destino terrible, enfrentándose a todos aquellos que le han ayudado con tal de devolverle el favor a Bucky.

El Soldado de Invierno, Bucky.

La mano derecha de Steve Rogers es Sam Wilson, nuestro Halcón. Anthony Mackie desprende el carisma del Soldado de Invierno, la Era de Ultrón y Ant-Man, a la par que recupera a nuestro Redwing de los cómics, aunque aquí sea en una versión robótica que aporta tecnología y visualidad al personaje. Ojalá se le explore más en las películas, porque potencial como eterno amigo de Rogers tiene y se agradece.

El Halcón en la Civil War.

La Bruja Escarlata.

Por su parte, el personaje de Wanda Maximoff tiene una pesada carga en esta película, que nos recuerda a otras ocasiones donde la Bruja Escarlata ha sufrido el peso de las críticas de sus compañeros. La actriz Elizabeth Olsen sabe interpretar a un personaje tan torturado como este y nos deja con ganas de más. No solo tiene que lidiar con su magia, la pérdida de su hermano o lo extraño que es el mundo, sino que también tiene que luchar por ser quien quiere ser, sin miedo. La intérprete tiene ese poder que poseen algunos actores para hacer que los espectadores no despeguen la mirada de ellos. Como curiosidad para los seguidores de las viñetas, estupenda su cercanía a la Visión, tan deudora de los cómics, donde su amor es uno de los grandes temas de Marvel.

También tenemos a un héroe que regresa del retiro forzoso y no es nada más y nada menos que Clint Barton. Separado de su estilo más perdedor de los cómic de Fraction y Aja y deudor de la familia que le dio Joss Whedon en la Era de Ultrón, Jeremy Renner interpreta a este Barton algo hastiado está justificado debido a los eventos del desenlace de la segunda película de Los Vengadores. Barton se une al Cap no por lo bien que se lleve a él (en los cómics, al menos, siempre se están picando), sino que se une por Wanda. Y lo mejor es que tiene varios momentos interesantes, desde los cómicos hasta la acción (esa flecha que nunca falla), pasando por la que puede ser su mejor escena cuando le echa en cara a Stark todo lo que ha estado haciendo. Estupenda.

Ojo de Halcón en la batalla.

Otro héroe del equipo de Iron Man es Ant-Man, que viene desde la escena poscréditos de su película. Paul Rudd es un actor con un carisma desbordante y aporta todo ese humor a la película, donde lo vemos como uno de los hombres del Capi y nos guarda una sorpresa durante la batalla del aeropuerto, digna de los cómics. Es estupendo ver a un personaje que, aunque aporte los momentos cómicos, también se siente como un personaje real y que, además, añade un par de escenas durante la batalla que son realmente sorprendentes si nos acordamos de los cómics.

Ant-Man, un profesional robando escenas.

Team Iron Man

Como contraposición a Steve Rogers tenemos a un Tony Stark mucho más sobrio a como lo recordábamos en las otras películas y marcado por el alejamiento con Pepper Potts y la soledad que hace que incluso Happy Hogan no esté a su lado. El trauma del agujero de gusano, su búsqueda de sí mismo, la creación de Ultrón y sus demonios le han pasado la factura y, aunque hay espacio para algún chiste, se nota cierta oscuridad y derrota en el personaje, lo que nos lleva a un dramático final donde aquel caradura de Iron Man en 2008 ha evolucionado hasta un héroe de armadura oxidada que ha intentado salvar el mundo hasta las últimas consecuencias, sin darse cuenta de que podría destruirlo. Movido por la pérdida de una madre hacia su hijo, como en el cómic, Stark se enfrenta a sí mismo y a los demás héroes. Llama la atención, poderosamente, que, en el tercio final, pese a los métodos de Stark, podamos sentir cierta empatía por el personaje y cierta tristeza por sus descubrimientos. Y es que Marvel es experta en hacernos empatizar con sus personajes.

Iron Man es algo más que el personaje al que estamos acostumbrados.

Igual que el Capi tiene a Bucky o al Halcón, Iron Man tiene a James Rhodes, más conocido como Máquina de Guerra. Don Cheadle se nota que está acostumbrado a su personaje y le aporta la seriedad y el dramatismo necesario. Quizás se eche en falta que, al final, Marvel no sea más cruel y no vaya más allá en el destino del personaje, pero aporta una interesante dinámica a tener en cuenta en las futuras películas a la par que deja claro que Marvel tiene espacio para un mundo variado y diferente.

Máquina de Guerra, fiel apoyo de Stark.

Una componente inesperada para muchos en el equipo de Iron Man es la Viuda Negra, a la que vimos como compañera del Capi en El Soldado de Invierno. Scarlett Johansson está más que a gusto con su personaje, que, cada vez, es más humano. Sus resentimientos la llevan a unirse al equipo de Iron Man porque considera que, pese a que los métodos de Stark puedan no ser los acertados, puede que el fin sí lo sea. Y es un punto de vista realmente interesante que demuestra que no todo son blancos y negros y que ha sabido evolucionar de modo coherente.

La Viuda Negra debe elegir bando en la Civil War.

Continuando con el equipo de Iron Man también tenemos a la Visión, que bebe mucho de su imagen clásica de los cómics y también de la serie actual de Tom King y Gabriel Walta. Es genial el modo en que este ser perfecto se empieza a hacer preguntas sobre la gema, sobre su alma y sobre intentar ayudar a los demás. Tiene cierto arco de evolución interesante: piensa, al principio, que todo se puede resumir a una ecuación para luego, mientras sigue a Wanda, darse cuenta de que no, de que, a veces, todo es más complicado y los accidentes ocurren. Es un punto de vista bastante interesante y Paul Bettany y los efectos especiales vuelven a cumplir como nuestro sintezoide favorito.

La Visión, uno de los personajes más extraños y cercano.

Entre las incorporaciones, tenemos a Pantera Negra (o Black Panther, como lo llaman en el doblaje). Muchos podrían considerarlo un modo más que tiene Marvel de vender un futuro personaje, pero, aparte de eso, desempeña una buena función en la película. Chadwick Boseman no solo cumple como T’Challa, sino que también tiene un interesante arco de evolución desde un muchacho hasta un hombre sediento de venganza y, finalmente, un héroe que representa desafiante los nuevos tiempos (él no caerá como Zemo, el Capi o Iron Man). Genial que, pese a que haya tantos personajes, no solo evolucione sino que, además, nos venda (y bien) la próxima película de Marvel Studios con él como protagonista.

Pantera Negra y su traje de vibranium. 

Pero si por algo se ha hecho popular esta película es por el regreso de Spider-Man a la Casa de las Ideas. Tras la trilogía de Sam Raimi, las frustradas dos partes de The Amazing Spider-Man y el acuerdo alcanzado entre Marvel y Sony, el Trepamuros vuelve a estar en Marvel y es todo un acierto y un logro. Muchos temíamos que fuera un “pegote” de última hora en la película, pero, por suerte, aporta algo a la película. Tom Holland encarna al Peter Parker empollón, loco de la tecnología, con problemas económicos, deseoso de ayudar a May (una Marisa Tomei que representaa una tía May acorde a los nuevos tiempos) y que, pese a todos sus problemas, es un héroe a su pesar que intenta ayudar a las personas que podrían acabar heridas si no hace algo. El peso de “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” le acompaña durante toda la película, pero no se somete a una seriedad exagerada, sino que posee los chistes malos de los cómics  y su valentía de las viñetas. Genial también verle en acción con su traje e intentando afrontar sus problemas. Deja con ganas de seguir descubriéndolo en la futura película de Spider-Man que se nos aproxima y eso es genial. Está genial haber contado con nuestro amigo y vecino Spider-Man, porque si es capaz de emocionarnos con quince minutos, imaginad con más de una hora.

Spider-Man ha vuelto a Marvel Studios.

Los héroes caen

El reparto en ambos bandos es estupendo, como comentaba, pero también lo es en los personajes que no pertenecen claramente a ninguno como Thunderbolt Ross, al que se recupera justificadamente de su ausencia desde El Increíble Hulk. Es genial contar con un actor como William Hurt, cuya enemistad por el Goliat Esmeralda está clara y cuya habilidad para dar golpes en la mesa con temas como los pactos de Sokovia son claras, a la par que para crear instalaciones como la prisión para superhéroes.

El gran villano de la función es Helmut Zemo, el famoso barón de los cómics, que en la película es actualizado como un frío y vengativo Daniel Brühl, un polifacético actor que encarna a la perfección esta versión del villano. Es genial como poco a poco tiende su sádico plan y lo mejor es que, al final, sorprende al espectador. Hubiera sido fácil optar por liberar a los monstruos, pero su idea es más realista. Es un hombre herido por su pasado, como Punisher (bien señalado por el camarada Pedro de Mercader), pero afronta su venganza de un modo tan lógico y justificado que da la sensación de que, en realidad, no es un villano del todo o quizás es el más gris y menos estereotípico de los villanos que hemos tenido hasta la fecha.

En menor medida, tenemos a Crossbones/Brock Rumlow, que aquí ocupa un papel similar al de Nitro en Civil War. Llama la atención la dureza del personaje de Frank Grillo, muy acorde a la de los tebeos. Interpreta al villano que inicia la película de un modo similar al de Baltroc en Soldado de Invierno, pero cumple con sus escenas y su furia.

Entre los secundarios, también hay que tener en cuenta a Martin Freeman como Everett Ross. Si bien da la impresión de que a nuestro querido Watson le han ascendido, su personaje no está mal y apunta a que volverá a estar en futuras películas, quizás en Pantera Negra. Por ahora, cuenta con nuestra curiosidad y nuestra atención.

Cuando los héroes chocan.

Más allá de las interpretaciones, el diseño de producción también es destacable, trasladando las imágenes de los cómics a la gran pantalla, desde los trajes de los héroes hasta sus poderes, sin olvidar sus peleas asombrosas que nos entregan ese mundo imposible. Soberbios los efectos especiales para rejuvenecer a Robert Downey Jr. al inicio de la película, deudores de los que ya se utilizaron para rejuvenecer a Michael Douglas en Ant-Man. Para muchos, será una tontería, pero a mí me parece increíble.

La Bruja Escarlata. Fuente.

En el apartado de la banda sonora, continúa Henry Jackman, que consigue algunos temas pegadizos, aunque gran parte del estilo es demasiado similar al Soldado de Invierno y se aleja de los llamativos temas de Primera Generación. Incluso así, cumple bien con su cometido.

Tras el desenlace de la película, tenemos dos escenas tras los créditos. Y aquí vienen spoilers. En la primera, descubrimos el destino del Soldado de Invierno. En la segunda, se nos promete el regreso de Spider-Man. Ambas cumplen con su cometido y, quizás, nos dejan ya con el atisbo de la sombra de Thanos. ¿Podrán estos héroes atormentados y sufridos enfrentarse al Titán Loco?

Destacan como siempre los guiños y cameos, desde la spider-señal pasando por la aparición de uno de los hermanos Russo como psiquiatra o el gran Stan Lee, sin dejar de lado algunos más oscuros como la referencia a Bucky y Rumania (el actor es rumano). Los easter eggs de Marvel siguen aportando algo más y ya no son toques de atención, sino que el espectador siente que son parte de un gran universo compartido.

Llama la atención (y mucho) la sobriedad del film. Si bien hay momentos para el entretenimiento y la distensión, además de para la acción, también hay un halo oscuro durante toda la cinta, cierta seriedad que impacta como un derechazo en la mandíbula de todos aquellos que consideran a los superhéroes o Marvel como pueriles. Y aún así, un comentario jocoso de Spider-Man funciona igual de bien que una pelea entre el Halcón y Pantera Negra o un drama como un funeral.

Da la impresión clara de que el Capitán América podría contar con una cuarta película, ya que no se nota en ningún momento el cierre de la trilogía con esta película. Si bien evolucionan varias tramas, queda la puerta abierta para que se extiendan en futuras películas e incluso en una secuela de la que es la franquicia más exitosa de Marvel dentro de su superfranquicia de Los Vengadores.

En noviembre descubriremos al Doctor Extraño, pero será en un nuevo Universo Marvel donde más personajes seguirán llegando, desde Spider-Man y Pantera Negra, pasando por la Capitana Marvel y las secuelas de héroes ya conocidos como Guardianes de la Galaxia, Thor y muchos más que chocarán en la Guerra del Infinito. Por ahora, toca recoger los restos del campo de batalla.

Capitán América: Civil War es la culminación de un momento histórico para el cine de superhéroes. Seguiremos atentos a ese buque insumergible que es Marvel Studios. El horizonte es el único límite y es el suyo, adonde se dirige nuestro Centinela de la Libertad.

Y lucharemos.