“La nostalgia no siempre es una emoción vaga, melancólica y casi bella, aunque sea así como la imaginamos en general. Puede ser una espada extraordinariamente aguda, y no solo una dolencia metafórica, sino absolutamente real. Y puede hacernos cambiar la idea que tenemos del mundo; los rostros que vemos en la calle no solo nos parecen indiferentes sino desagradables, feos… incluso malignos. La añoranza es una enfermedad real: el dolor de la planta desarraigada”.
STEPHEN KING,
El método de respiración.
El segundo volumen de Las cuatro estaciones de Stephen King contiene dos de mis novelas cortas favoritas. Por un lado, tenemos El cuerpo y, por el otro lado, tenemos El método de respiración, que es un relato muy aconsejable para dárselo a una mujer que esté embarazada. Sin duda.
Como curiosidad, acabo de leer que se planea una película de El método de respiración. No sé si se hará ni qué tal saldrá (las dotes de adivinación no son lo mío, lo siento señora Trelawney), pero sí puedo deciros que, con esta película, los cuatro relatos se habrán transformado en películas: El cuerpo se convirtió en Cuenta conmigo, Rita Hayworth y la redención de Shawshank en Cadena Perpetua, El alumno aventajado en Verano de corrupción y ahora esta cuarta. Interesante.
Y sobre la nostalgia... Ya conocéis mi opinión sobre esa dama despiadada.
Es cierto. Está la nostalgia que inspira libros y compner blues. Y esta la nostalgia que aplasta que no dan deseos de sostener un lapiz para dibujar, que trae un insomnio que ahuyenta las ideas.
ResponderEliminarHe tenido de ambas.
Y está la nostalgia que nos hace desear viajar y vivir en el pasado, aunque al final sea para descubrir la gran verdad: la nostalgia edulcora cualquier tiempo pasado y, como se suele decir por aquí, ningún tiempo pasado fue mejor.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Siempre he tendido a la melancolía, para que nos vamos a engañar. Especialmente durante la adolescencia y la infancia, es cierto que a veces me ha provisto de buen material para escribir, pero en otras... se sentía como una continua lucha por salir a la superficie.
ResponderEliminarBien lo sabe Stephen.
Sin duda alguna, Ana. Muchas veces, nuestras vidas se componen de momentos agridulces o tristes donde no parece haber ninguna vía de escape... Pero hay que seguir luchando. Somos artistas, somos escritores y tenemos historias que cambiar, historias que nos ayudan a nosotros y los demás, y presos de esa magia, no podemos romper el hechizo.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Ana, y mucho ánimo con todo.