Intocable, una buddy movie a la francesa


Las buddy movies, o películas de amigotes, parecen que muchas veces se reservan para el cine estadounidense y para clichés sobre polos opuestos. Sin embargo, Intocable se apodera del término para contarnos la historia de la amistad entre un tetrapléjico y su cuidador, basada en hechos reales.
Es ese contraste la mayor gracia y el punto más poderoso de una propuesta sencilla, pero efectiva.
La tentación para sus directores Olivier Nakache y Eric Toledano estaba ahí: Intocable podría haber caído en el drama facilón, pero decide balancearse por el terreno de la comedia siendo su mayor aliciente junto a un guion que no decae y una dirección más que correcta aunque poco innovadora (ese plano mil veces hecho para saber el estrato social de un personaje a partir de sus zapatos).
El espectador acaba siendo uno más de los variopintos personajes de esta producción francesa donde se juega con los estereotipos y la ruptura de estos: el aristócrata en silla de ruedas y el cuidador “barriobajero”. Driss, el personaje del excelente Omar Sy, por mucho que luche por mantener su imagen de chaval sencillo de los malos barrios, cambia durante la película al igual que el millonario Phillipe (François Cluzet), al cual devuelve la vida recordándole que sigue respirando.

Ninguno de los miembros de esta pareja de amigos renuncia a quien es, por eso destaca sobre otras propuestas similares donde uno u otro se transforma sin más. Lo mejor de Intocable es que ambos aprenden algo más de lo que es vivir, el millonario que su vida no ha acabado y puede encontrar motivos para no dejar de hacerlo y Driss que hay algo más que aquello que te condena a ser por tu lugar de nacimiento.
Muchas personas podrían ofenderse por cómo se trata el tema de la discapacidad. Recordemos que el ser humano se puede reír de todo mientras no hiera a nadie y muchas personas en la misma condición del protagonista no quieren ser eternas víctimas. Un punto más a favor, que nos recuerda a una película de lo más recomendable y olvidada Bailo por dentro (con un inmenso James McCavoy como discapacitado). El tema de la discapacidad se puede tocar sin tener que centrarse solo en la parte más dramática. Es una forma de aceptar e integrar también. En un mundo donde todos nos reímos de todo, mientras no se caiga en la crueldad, sería una discriminación dejar de hacerlo por una condición como esta.
Puede que el ritmo decaiga y se antoje algo larga para lo que cuenta, pero escenas como el concierto privado o momentos donde los personajes se dan cuenta de su dependencia de los demás, la mezcla de lo cómico y emotivo, hace que la cinta valga la pena.
Intocable es una obra cinematográfica, que si bien no es perfecta, no dista de ser una demostración de cómo el cine francés entrega films, de vez en cuando, de lo más interesantes (véase también la estupenda En la casa), siempre que se libra de manierismos como la voz en off de la que Amélie es su mayor exponente.
Así que, ya saben, sonrían y vivan. Ese es el mensaje.

P.D.: [Posible Spoiler] A destacar ese final donde el personaje de Sy le entrega el huevo de Fabergé que le había robado al millonario y el chaval le responde que le ha costado encontrarlo. El huevo sirve como metáfora de la nueva persona que es Driss [Fin del posible spoiler].

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