Cada rascacielos era un barrote en el horizonte.
Todo era oscuridad, a excepción de las luces de neón de vicios inconfesables.
Así, el cielo estaba apresado por un humo pestilente.
Abajo, personas y coches eran carceleros que no dejaban de vigilarte.
No había ninguna manera de huir.
La ciudad era una cárcel.
Siempre lo ha sido y siempre lo será.
Noviembre de 2010.
¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que me alegro de que hayas escrito microrrelatos en clase y me alegro de que lo vayas a colgar y así lo compartas con toda la gente.
La verdad es que esta microrrelato está increíble yo me sentiría un poco igual entre tantos edificios. Es un relato genial, me encantó.
Pues muchísima suerte con todo y sé feliz.
Elsbeth Silsby.
Holaaa!!!
ResponderEliminarOtra vez por aca ^^
Siento la desaparicion u.u la verdad ando muy perdida, pero qe se le va a hacer...
En fin, pasaba para decirte qe lei el microrelato y me gusto mucho, enserio... nunca crei qe alguien pensara de la cuidad lo mismo qe a mi se me da pensar...
Un gusto!
Saludos :D
Natu~
Muy bueno el relato, muy bueno el blog, saludos.
ResponderEliminarHola, Elsbeth.
ResponderEliminarYo también me alegro. Mientras termine la historia en la que estoy ahora, podré ir compartiendo esto con vosotros. Espero que os guste.
Ya estás entre tantos edificios. No me gustan demasiado las grandes ciudades, aunque tampoco me disgustan completamente. No obstante, con este relato decidí ser algo más melancólico y odiar las ciudades con cada fibra de mi ser, tanto como Tolkien odiaba la industria y amaba la naturaleza.
Gracias por el comentario y la suerte. Pásalo bien. Saludos =)
Hola, Natuu..
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario y no te preocupes. Mientras encuentres unos minutos para pasarte por el Antro de vez en cuando seremos felices de saber que sigues bien.
En cuanto a la idea de la ciudad como cárcel ya no es sólo una postura hacia la sociedad actual y las grandes metrópolis, lo es también simplemente por su silueta, porque en una gran ciudad puedes ponerte a correr y puedes no llegar a salir de ella hasta un día después, porque alguien podría perseguirte... Como una cárcel.
Me alegro mucho de que te haya gustado, gracias por el comentario y tu opinión y hasta pronto =).
Hola, Moriarty.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario. Me alegro mucho de que te haya gustado el relato y el blog, así que bienvenido al Antro. Espero que lo pases muy bien en él. Un saludo =)