21/08/2010
Puedes ser feo, malvado, egoísta, desgraciado, malhablado, egocéntrico, ignorante, malo en los deportes, simple, mezquino, asocial, traicionero, odiosos, empalagoso, interesado, estúpido, asqueroso… Puedes ser todo eso (y más, como asustar a tu pequeño gato como en la foto, ¿te parece bonito?), pero te detienes a pensarlo. ¡Eh! ¡No te desanimes, no te preocupes… ¡Siempre hay alguien peor que tú!
Es un consuelo vago, pero lleno de sentido y eres tan repulsivo que te sientes bien. “Soy [inserta aquí lo que eres], pero… ¡seguro que hay alguien peor! Creo incluso que conozco a alguien peor, ese tal [inserta el nombre del que es peor que tú]”.
No debes pensar en nada más. ¡Genial! ¡Es lo que hace toda la humanidad! Aprovecharse de la desgracia ajena, porque por algo existe básicamente.
Pero lo malo es que si para todos nuestros defectos hay alguien peor, llegará el momento en que haya alguien que sea el peor de todos, porque si no la superpoblación sería alarmante (¿y lo es?). Por tanto, debe haber alguien que sea el peor de todos, para el que no hay consuelo. Un pobre desgraciado iluso… Pero no eres tú, alégrate.
Antes de dejaros en paz… Por cierto, a todos vosotros que os consoláis pensando en el peor de todos, que sepáis de su parte que sois unos cabrones...
FD: El peor de todos.
PD: Sois unos cabrones, pero no más que yo... A menos que entremos en uno de esos bucles estúpidos de "Ciencias"... Así que... Vete ya de aquí ¿quieres?
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