Una película es un milagro a veinticuatro fotogramas por segundo. Suelo decirlo. Que un film sea ya una obra maestra supera el mero concepto de «milagro» y cuando hablamos de una historia que se ha convertido en Historia del séptimo arte, como es El Padrino, su nivel de trascendencia no es medible de ningún modo.
Con cincuenta años tras de sí, El Padrino recibe un digno homenaje con la miniserie The Offer, que relata en diez capítulos ficcionalizados cómo la película de Francis Ford Coppola se convirtió en una realidad.
Cómo se hizo El Padrino
La miniserie sigue los pasos del productor casi novato Albert S. Ruddy, ya que está basada en las memorias que escribió este sobre el rodaje del film. De este modo descubriremos todo el proceso de creación del film y los duelos entre aquellos que piensan que el cine es arte o que el cine es un negocio.
Y, por el camino, en medio de esta guerra sin vencedores, vemos desfilar a toda una plétora de personajes que nos revelan lo complicado que es hacer una película y más si es una buena película o una obra maestra como es el caso del film basado en la novela de Mario Puzo.
La realidad tras la ficción
Por suerte, no estamos ante un telefilm biográfico de sábado por la tarde. Hay calidad en esta miniserie.
Si algo sorprende de The Offer es que hay sucesos como el atentado al capo mafioso Joe Colombo o el preestreno con la mafia que nos hacen arquear la ceja e ir a Internet a ver cuánto de cierto hay en ello y, sorprendentemente, hay mucha verdad en estos hechos.
Crítica de The Offer, miniserie que recrea el rodaje de El Padrino de Francis Ford Coppola. Share on XSon estos pequeños detalles los que dan dinamismo a la serie, pero a la vez permiten «adornar» el relato y cohesionarlo en torno a todo lo ocurrido en El Padrino. El atentado contra Colombo no fue por la película, sino por las luchas internas de la mafia de Nueva York, pero queda perfecto con un montaje en paralelo del atentado contra Vito Corleone.
No obstante, donde están las mayores discordancias es en temas nimios como ese Coppola y ese Puzo escribiendo juntos el guion de El Padrino, cuando el propio escritor italiano comentaba que ambos escribían en habitaciones separadas, reescribiendo lo que acababa el otro, y ahí fue cuando se dio cuenta de que Coppola era un «director de verdad».
La falsa belleza de la verdad
Irónico cuando en la película se juega todo el rato con la idea de los tres mosqueteros encarnada por Ruddy, Bob Evans, Mario Puzo y Francis Ford Coppola. Demasiado bonito para ser real, sobre todo cuando Coppola llegó a decir que lo único que Evans aportó a El Padrino fueron dudas constantes que casi dinamitaron el proyecto. Pero la ficción siempre es mejor que la realidad, incluso cuando se apega a ella para contar «su» verdad.
A nivel de guion, la serie es ágil y, ante todo, entretenida, contándonos las vicisitudes de rodar un film. Los personajes funcionan, hay grandes escenas, los diálogos son correctos… Pero es una lástima que se pierdan algunos grandes momentos que sabemos que tuvo el rodaje o que se concentre en anécdotas ya contadas. Al menos hay más honradez que en la pesadez egocéntrica de Los Fabelman de Spielberg.
Interpretando una obra maestra
Donde brilla The Offer es en las actuaciones, en las que cada uno de los miembros del reparto brilla, aunque algunos con reservas.
Miles Teller hace un gran trabajo como Rudy, al igual que el carismático Matthew Goode como Robert Evans (que es todo voz y presencia), mientras que Dan Fogler como Coppola rescata su carrera tras los chascos de Animales fantásticos, Patrick Gallo (habitual del cine de mafiosos) es un sorprendente Mario Puzo y Juno Temple como la mujer para todo Bettye McCartt se convierte en uno de esos rostros que hay que tener en cuenta en el mundo de las series y el cine actual.
En cuanto a otros personajes que son recreados… hay para todos los gustos: Giovanni Ribisi hace un gran trabajo con Colombo aunque su voz es tan, tan forzada que le hace parecer uno de los villanos de Dick Tracy, y algo similar ocurre con Anthony Ippolito como Al Pacino. Sin embargo, es sorprendente la imitación del aspecto físico que se ha logrado con otros personajes, por ejemplo Maya Butler como Diane Keaton.
Sobre el tema de cómo recrear el rodaje, los creadores de The Offer toman una idea interesante: en vez de ver pálidas versiones del film de Coppola (saben que no son el director de Míchigan), lo que vemos son las posibles reacciones de Ruddy, Coppola y cía mientras contemplan la escena. Eso nunca lo hemos visto y toda la serie, en el fondo, trata sobre eso, incluso cuando es más o menos impostada: sobre ver lo que nunca se ve.
¿Es The Offer una oferta que no podemos rechazar?
Aunque puede que el último capítulo funcione solo como coda y el suspense nunca funcione del todo (sabemos que acabará «bien», todos hemos visto El Padrino), destaca un buen montaje, una dirección correcta y una fotografía que alcanza sus mejores momentos cuando imita a Gordon Willis.
Mientras, la música es correcta, aunque solo destaca realmente en su leitmotiv y cuando rescata, muy brevemente, los temas de El Padrino (una pena que no se indague más en el proceso de creación de una composición tan magistral).
Finalmente, queda la idea, quizá cínica, de que El Padrino no podría haberse rodado en ningún otro momento. Ni siquiera ahora parece posible. Y es que The Offer es un homenaje a una odisea que cumple con su promesa: es una oferta que no se podrá rechazar y es una carta de amor a una de las grandes obras maestras del séptimo arte: El Padrino. Capisci?
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