Frankenstein, Drácula, Dorian Gray, el Hombre Invisible... Pienso que hay una especie de gran olimpo en el inframundo con grandes y terroríficos villanos. Sus historias suelen albergar grandes moralejas y enseñanzas, momentos terroríficos y con un estilo literario magnífico.
Pienso que Stephen King ha logrado renovar muchos terrores, gracias a seres como Pennywise, pero el otro que ha logrado explorar el terror y poner a uno de sus hijos en ese panteón es el escritor Clive Barker y el personaje del Sumo Sacerdote o Pinhead de la novela El corazón condenado (hablé de ella aquí), que dio pie a la saga fílmica Hellraiser, cuya primera entrega fue dirigida por el inglés.
Pese a lo que parezca por las películas, el libro es una obra fantástica que va más allá del gore, estupendamente bien escrita y con un monstruo que debe aparecer entre las grandes historias del terror del siglo XX.
Por supuesto, del material de Barker han surgido otros monstruos emblemáticos como Candyman, y su perspectiva del terror siempre estará ahí, pero Pinhead es para muchos no solo un símbolo, sino una de esas grandes fuerzas de la oscuridad que no nos pueden faltar a la hora de hablar de terror... o ir a una estantería.
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