Rorschach, uno de los personajes rotos de Alan Moore. Fuente. |
"Siempre he sentido que la inclusión de personajes psicológica o espiritualmente anormales o dañados en mis narraciones era simplemente: a: realismo humano ordinario, y b: valores literarios humanos ordinarios. Seguramente la mayoría de la literatura memorable, incluso la mayoría de la comedia, se basa en psicologías que no son la estándar; en gran parte porque en la vida real, ¿estas son las psicologías que la mayoría de nosotros poseemos? Sin deslumbrantes aberraciones mentales o profundos defectos de carácter, ¿habría surgido alguna vez un Shakespeare, un Cervantes o, de hecho, alguna narración humana que valiera la pena dedicar al papel en primer lugar? La inclusión de tales personajes no solo agrega profundidad y significado a una narración, sino que, normalmente, tales personajes son la narrativa o son sus elementos impulsores más poderosos. De esta manera, nuestra ficción refleja claramente nuestra realidad social cotidiana, en el sentido de que muchas de las figuras más prominentes, tanto en nuestro entretenimiento pulp como en los titulares de nuestros diarios, son evidentemente psicópatas".
Leí hace tiempo esta entrevista de Alan Moore, donde comentaba el fragmento que he reproducido como apertura de esta entrada. El resumen es que el escritor británico Alan Moore sabe de lo que habla. Rorschach, William Gull, V... son muchos los personajes de Moore que no podemos considerar como modelos estándar de la salud psicológica, son personajes fascinantes con los que explora su propio mundo y nuestro mundo.
Y, desde un punto de vista de juntaletras, considero que son los personajes más interesantes a la hora de ser escritos. Puede que en mis obras, sobre todo en los cuentos, aparezcan muchos personajes que no están bien (ah, me acuerdo del protagonista de Judy, te quiero) o que no tienen a nadie al volante (por decirlo "vulgarmente"); mientras que en la Saga de Devon Crawford son tan metafóricos y surrealistas como los personajes clásicos o modernos de los cuentos fantásticos (algo así como lo que ocurre en Abarat de Clive Barker con sus extraños personajes), en Hollow Hallows sí habían personajes dañados a todos los niveles: Dawn se cortaba, Rahne vivía con la sombra de su hermana gemela muerta, Seth estaba marcado por la pérdida de sus padres y huía de la realidad a través de la ficción y Odell... bueno, Odell se merecía una entrada para él solo. Llevo con esta colección de personajes rotos desde que escribía la Historia y seguiré con ellos.
Actualmente, sigo escribiendo sobre personajes dañados, sin ir muy lejos. Desde un punto de vista egoísta, son los más interesantes. No entra a juzgar en la realidad, porque esta es demasiado compleja: lo que te puede gustar en la ficción, puede repugnarte o destrozarte en el día a día; no deberíamos hacer románticas las enfermedades mentales sin más; he tenido a personas a mi alrededor con estas circunstancias, y no es interesante, es dramático, pero la propia palabra se aúna al drama, a la literatura. Y en la literatura tenemos otras reglas.
Tristemente, en la realidad, puede que todos seamos, si no psicópatas o sociopatas, sí jueguetes rotos. Y, al final, intentamos jugar, aunque solo seamos pedazos.
Es interesante planteo.
ResponderEliminarY hay personajes que podrían considerarse que están dañados. Por ejemlo, Batman, cuya condición de héroe, de caballero oscuro, detective destacado, se debe a un trauma no resuelto. Alan Moore ha planteado un trauma como origen del Joker.
Darth Vader es un gran personaje dañado, el más famoso de la saga.
Saludos.
Los seres rotos siempre son más interesantes, ¡gracias por el comentario!
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