Emblemática portada de esta obra de Junji Ito donde unos hermanos deciden hacer amigos... de modo catastrófico, sí. Fuente. |
"Le he dicho que mi papá y mi mamá están muertos. Pero si tantas ganas tiene de verlos, muérase usted también. A lo mejor se los encuentra en el infierno".
Yuuma es el chico nuevo del instituto. Y siempre está pidiendo disculpas (perdón. Lo lamento. No quería ofenderle. No era mi intención. ¿Me perdona? ¡Le suplico perdón!). En cambio, su diabólica hermana, Chizumi, siempre está haciendo terribles maldades, bajo el aspecto de supuestas travesuras por las que su hermano, a continuación, tiene que, por supuesto, rogar, suplicar, pedir perdón (perdón. Lo lamento. No quería ofenderle. No era mi intención. ¿Me perdona? ¡Le suplico perdón!). Y, detrás de este arranque, se encuentra la historia de Aula demoníaca, una serie de relatos cortos que mezclan terror y humor en torno a los disfuncionales hermanos Azawa.
En Aula demoníaca conocemos el origen de estos hermanos, mientras que en Belleza demoníaca sabemos cómo se lleva Yuuma con sus novias. Una de las mejores, por cómo aborda la vida en un vecindario al estilo Polanski con El quimérico inquilino o La semilla del diablo, es Apartamento demoníaco: ¿cómo se toman unos vecinos la llega de la familia Azawa a sus vidas? Para cerrar, tenemos El novio de Chizumi, una historia cruel sobre cómo un demonio puede enamorarse de un crío, y la conclusión que intenta unir todas estas historias un poco deshilvanadas (como suele ocurrir con Ito) titulada Entrevista con el diablo y que tiene un giro de guion muy, muy interesante.
La obra se completa con un epílogo con tono de broma e historias cortas como Hijos de la tierra y Reencuentro, que continúan con la sonrisa burlona de Junji Ito, que no se debe diferenciar mucho de la que luce Chizumi en algunos momentos.
¿Es Chizumi una niña traviesa o un demonio encarnado? ¿Es Yuuma un buen chico que pide disculpas o un joven que solo se lamenta, porque es un masoquista que busca así honrar a su señor, el demonio? ¿Hay alguien capaz de escapar de unas ondas psíquicas demoníacas que funden los cerebros hasta que estos, derretidos, caen como moquillo por todos los orificios del cuerpo? Preguntas elementales con las que juega este diabólico manga.
En El diario gatuno de Junji Ito, el mangaka reconocía que sus primeras obras eran de terror, pero que, a menudo, las convertía en historias de humor, porque se cansaba de tanto susto. Aquí, el equilibrio de otras de sus obras se rompe a favor de lo risa más grotesca, digna de nuestra "encantadora" Chizumi.
Sin llegar a los niveles de sus mejores obras, Aula demoníaca es un manga completamente disfrutable, muy entretenido, donde, entre esperpento y esperpento, sonreímos. Lo mejor de Junji Ito es cómo suele utilizar el elemento extraño (los hermanos Azawa) para jugar con los supuestos normales de nuestra sociedad, burlarse de ella y convertirla en papilla. Es uno de los grandes maestros del terror, pero también, últimamente, de la sátira.
En conclusión, no creemos que Junji Ito deba pedir perdón por ser el artista que es, a menos que quiera fundirnos el cerebro y hacer que nuestros sesos se nos salgan por los ojos, la nariz y la boca, cual moquillo; entonces, puede que sí.
Perdón.
Lo lamento.
No quería ofenderle.
No era mi intención.
¿Me perdona?
¡Le suplico perdón!
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