Crítica de "Aniquilación" de Alex Garland, a Lovecraft le gusta esto

Aniquilación (Alex Garland, 2018) nos conduce a una devastadora "enfermedad" que se está cebando con la Tierra. Fuente.

"I think you're confusing suicide with self-destruction, and they're very different. Almost none of us commit suicide, whereas almost all of us self-destruct". 

Si las abejas desaparecieran del planeta, la Tierra sería inhabitable poco después. Si el ser humano desapareciera de la faz del planeta, la Tierra seguiría siendo habitable sin necesidad de nuestra huella en ella. Es interesante cómo la perspectiva lo cambia todo, ¿no? Aniquilación va sobre eso.

Aniquilación de Alex Garland da la impresión de ser dos películas en una. O un film a dos niveles. Por un lado, tenemos una amenaza y unas fuerzas monstruosas, dignas herederas del horror cósmico de H. P. Lovecraft que tan bien ha funcionado en películas como La Cosa (John Carpenter, 1982) o Alien (Ridley Scott, 1979). Por otro lado, tenemos una película metáforica sobre la autodestrucción de los personajes principales, con ese matrimonio encarnado por Natalie Portman como Lena y Oscar Isaac como Kane. Mientras que en la película anterior del director, Ex Machina, tanto la parte de ciencia ficción como la parte humana parecían funcionar perfectamente, en Aniquilación seguramente sea la parte humana la que mejor se desarrolla que el típico duelo contra monstruos, el ir muriendo uno a uno o los planes de unos ¿alienígenas?, que quizás resultan ser más humanos que los humanos o, tal vez, simplemente, algo mejor.

A lo largo del film, parece prohibido que pensemos. No podemos dudar de temas como el siguiente:
  • ¿Por qué si la psiquiatra reúne a un equipo de personas fiables, elige a una que demuestra desde casi el comienzo cierta inestabilidad psicológica?
  • ¿Por qué entran en la zona sin ningún traje de protección?
  • ¿Por qué no recogen muestras y vuelven sin tener que ir al faro?
  • ¿Por qué si los seres de la zona cambian todo a su alrededor, deciden "clonar" a los humanos casi al pie de la letra salvo su interior y el iris?
  • ¿Por qué olvidan cuando el guion así lo quiere?
  • ¿Por qué, en años, solo se le ocurre a los investigadores mandar equipos, militares o no, a la zona, en vez de buscar otras formas de erradicar esa posible "infección" en las partes que hacen frontera? ¿Por qué no se les ocurre la típica burrada de las pelis de lanzar una bomba atómica? Sí, ya sé que es bruto, pero...

Yogi, el octavo pasajero. Fuente.

Las pesadillas, pesadillas son

Cualquier tipo de duda que se nos vaya presentando a lo largo de la película, creo que ni siquiera su director y guionista, Alex Garland, deseaba responderla. Él mismo, que ha afirmado que no releyó la novela en que se basa para adaptarla como si fuese un sueño, busca más la metáfora que la falsa lógica de ese mundo que está a punto de colapsarse. Garland tiene el suficiente talento para hacer que, por medio de sus habilidades como director, no pensemos demasiado en los huecos de guion o en las preguntas sin respuesta. Como en un sueño, no nos planteamos tanto la lógica, solo las intenciones y los sentimientos que nos transmite. Ya sea la doctora Ventress con su enfermedad, la joven suicida, la otra miembro que perdió a su hija o la que teme perder la razón, cada una de ellas transmite a un gran porcentaje de la humanidad y poco nos importa saber que pudieran aniquilarnos con tal de cambiar. Todas son imperfectas, como nosotros. Quizás el mundo sea mejor detrás de esa inmensa pompa verdosa y, más que un cáncer para el planeta, sea la vacuna que le cure de la verdadera enfermedad que somos los seres humanos.

Visualmente, Aniquilación es muy interesante y, quizás, por eso, ciega a algunos. ¿Es perfección visual, bombo y platillo o pretenciosidad? Pensada para estrenarse en cines (como ha hecho en USA), en el resto del mundo la hemos visto vía Netflix. Más allá de meterse en una pompa de jabón gigante o que tengamos monstruos hechos por CGI, la fotografía de ese mundo devastado alcanza algunas cotas oníricas que es lo que pretendía Garland en todo momento, mientras esa historia fragmentada busca ser más de lo que es en sus dos horas. 

En definitiva, Aniquilación funciona mejor como la metáfora de la imperfección del ser humano, que como un film de ciencia ficción al que someter a estrictas reglas. El espectador debe decidir con cuál de los dos aspectos debe quedarse si no prefiere quedarse pensando en si la aniquilación podría ser lo mejor que le pudiera pasar a la raza humana. Spoiler: sí, sería lo mejor.

No, Eduardo Manostijeras no ha estado haciendo de las suyas. O sí. Fuente.

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