Ahora que me veo en la tesitura de corregir Las Chicas Steampunk, recupero esta columna de El Juntaletras que escribí en su día, cuando me interné en la corrección de Times like these. Como veréis, hago gala de esa actitud "odio el mundo" que se apodera de mí cuando toca una maldita corrección.
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Imagino que muchos pensaban que sacrificar a un cefalópodo virgen o rezar al dios atemporal con forma de langosta cantarina era ese momento crucial, pero no, no lo es (esas son formas de pasar el rato un sábado por la tarde). Es la prueba de fuego: no existe una mayor cura de humildad para un juntaletras que encontrarse en la fase de la primera corrección de su manuscrito.
El verdadero juntaletras será el que se quede ante ese enorme tocho que ha escrito y decida utilizar su bolígrafo rojo para corregir cada estupidez, errata, fallo ortográfico o gramatical, sepa cortar partes innecesarias de la historia… Y es que mucha gente puede ayudarte a escribir, con práctica incluso tú puedes saber qué te funciona, pero la corrección es la parte más dura de todo el juego y nadie suele dar consejos para eso.
Para mí, la documentación y la búsqueda de la historia suele ser la parte divertida. El siguiente escalón es comenzar a escribir, pero es poner empeño y empezar a teclear hasta terminar. Es lo más fácil a veces..., y lo más difícil en otras ocasiones. Te lo puedes pasar bien o mal, incluso puedes abandonar.
Sin embargo, una vez imprimes a la bestia, mientras consumes la sangre de unicornio de tu impresora (¿si no es sangre de unicornio por qué iba a ser tan cara? Sí, esto es un chiste fácil), te das cuenta de que mucho de lo que has escrito debe arder en el infierno antes de que lo lea alguien que no sea Mefisto o Etrigan. Y no hay otra.
En la película de animación de los estudios Gibhli Susurros del corazón, que vi recientemente, la protagonista decide convertirse en escritora y le entrega el manuscrito a un anciano que se ha convertido en su amigo. Este, tras leerlo, siente que está ante una gran historia, pero que como toda piedra, debe pulirse para encontrar la joya que hay dentro. La chica no lo soporta al principio, pero luego, en un azote abrumador de humildad, lo acepta y decide que debe seguir esforzándose para mejorar. Es una buena metáfora de lo que supone un manuscrito: una forma enorme y muerta a la que tienes que convertir en algo legible y viva. Debes perfeccionar, arrancar, pulir… hacer que sea lo mejor que puedas y esto puede que sea una tarea de la que jamás estarás seguro.
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Tener un primer borrador es como parir a un bebé muerto y comenzar la fase corrección como un aprendiz de Victor Frankenstein dispuesto a hacerlo resucitar y mejorar. Nosotros elegimos si queremos un cadáver, un monstruo terrible o una criatura formidable de la imaginación. Nuestras pinzas son el bolígrafo, nuestra electricidad la imaginación y nuestro convencimiento la prueba que hace que todo llegue a funcionar dentro de cada historia.
Hay consejos muy útiles sobre la corrección de novelas y relatos, algunos autores pueden darte algunos excelentes, personalmente a mí solo me quedan las relecturas continuas, el bolígrafo rojo, la lectura en voz alta y la voluntad para sacrificar todo lo que no me guste. Eso es lo único que funciona, ser tu peor crítico y dar el salto de fe que supone el arte.
Y si ves ese tochal impreso y sientes que no puedes con él o piensas que ya es perfecto y que no tienes porqué tocarlo, me temo que lo primero se puede arreglar con ánimo y trabajo, pero lo segundo no sé si tendrá remedio. Un escritor frívolo, vago y sin interés por la mejora es casi una antítesis de lo que se supone que debe ser un buen escritor.
La solución también puede ser que tengas un editor. Entonces, los latigazos son suficientes para escribir buenas historias.
Eso es todo.
Qué buena metáfora la de parir un bebé muerto. Desgarradora y triste, pero así es como se siente cuando , tras la euforia de finalizar algo te pones a corregir y ves lo que has escrito... Hay que tener fuerza de voluntad para continuar y confianza en uno mismo para no abandonarlo por creer que nos falta el talento necesario.
ResponderEliminarAhora que lo pienso, hice una metáfora bastante gore, pero si ha servido para calar y hacer comprender cómo me siento siempre después de terminar una novela, bienvenida sea.
EliminarY me alegra saber que no soy el único que lo siente.
¡Gracias por tu comentario!
A mí también me ha encantado esa metáfora del escritor como una especie de Víctor Frankenstein * . * novela que por cierto adoro muhahah (sí, puede que esté un pelín obsesionada xD)
ResponderEliminarSé que me repito, pero... ¡mucho ánimo con las chicas steampunk!
Yo ayer estuve en un taller literario y he vuelto con las pilas muy cargadas * . * así que le estoy metiendo un buen meneo a mi propio "bebé muerto" je, je.
¡Abrazos y ánimos!
Es una gran novela, así que no me extraña que te guste. A mí me ocurre mucho con Carmilla. Dos de cada tres veces que hablo al día, digo "Carmilla". Seguro.
Eliminar¡Muchísimas gracias! Ha sido un viaje complicado, pero me alegro tanto de haber contado con vosotros...
Sobre el taller literario, me alegro muchísimo. Ya nos contarás por Epidemia como te va, ¿eh? :D
¡Gracias por tu comentario!