Microrrelato:
Raíces bajo tierra
En el viejo árbol se colocó un columpio, nunca ningún vivo se subió a él. ¿Quién dejaría a su hijo colgar en las ramas de los ahorcados?
Ahora las almas de los que dieron su vida allí esperaban
su turno, como hierbas de fuego y sangre. Quizás un día puedan columpiarse con
la fuerza suficiente para atravesar el firmamento, abandonando el infierno
donde aún arden.
El columpio del viejo árbol sigue moviéndose. No
dejará de hacerlo jamás.
Imagen de dominio público. |
Buen ejercicio, a veces yo también utilizo imágenes como fuentes de inspiración para pequeños relatos, una suerte de escritura automática, de la que a veces surgen cosas interesantes.
ResponderEliminarMe gusta esa idea de que las almas se columpien en los ahorcados : )
Hola, Ana
EliminarSin duda, este ha sido un auténtico reto dentro del propio desafío propuesto desde el blog de Eleazar. Como tú, las imágenes también me inspiran, al igual que la música.
Me alegro de que te haya gustado. Me temo que debo empezar a contar cosas más alegres.
¡Muchas gracias por tu comentario!