Cerca
del final de la Guerra de Secesión, Abraham Lincoln se dispone a abolir la
esclavitud. ¿Cuánto costará conseguir su propósito?
Críticas de cine:
LINCOLN
Director:
Steven Spielberg.
Guionista: Tony Kushner, basado en el libro de Doris Kearns.
Intérpretes
principales: Daniel Day-Lewis, Tommy Lee Jones, Sally Field, Joseph Gordon-Levitt...
Nacionalidad: Estados Unidos.
Duración: 149 minutos.
Año:
2012.
Género:
Drama.
Políticos
que mienten, compra de votos, decisiones polémicas, búsquedas desesperadas por
conseguir la igualdad aunque sea para lograr intereses más oscuros… La política
no ha cambiado tanto desde los tiempos de Lincoln, ¿no?
Sobriedad.
Esa es la palabra perfecta para hablar de este homenaje a Abraham Lincoln que
concibe Steven Spielberg.
Lincoln
es uno de los personajes históricos más importantes de la Historia. Aparecido
en varias películas y mitificado en multitud de ocasiones (aquí sin vampiros,
por suerte), el presidente asesinado en un teatro se transforma en una leyenda.
¿Mitifica
Spielberg a Lincoln? Difícil pregunta. Por un lado, Spielberg se acerca a la
figura de Lincoln como un personaje humano: los problemas con su familia, su
personalidad contradictoria (el político con plenos poderes hablando de
libertad)…
Y,
a la vez, lo hace con respeto a una figura que, a veces, luce casi como un
mesías: Lincoln encuentra sentido a lo del fin justifica los medios y cada
discurso que da suele ir acompañado de la música impoluta de John Williams.
Y
pese a todo eso, la película se hunde en la porquería y la miseria que acompañó
a los acontecimientos para aprobar la enmienda que prohibía la esclavitud y el
término de la Guerra de Secesión, como la compra de votos. Pese a que Spielberg
arroja barro a lo que rodeó a Lincoln (su comité de compra de votos, el partido
demócrata representado por un estupendo Lee Pace…), el presidente se queda sin mancha en muchos sentidos (como la bandera de Estados Unidos en medio de la
batalla[1]).
¿Divididos o unidos? |
Lincoln
es
una película espesa, pese a que los estadounidenses demuestran casi siempre lo
bueno que son enseñando su Historia (a veces, tan llena de falsedades). Los
responsables de la cinta deciden centrarse en los eventos que acontecieron poco
antes del asesinato de Lincoln para conocer toda la vida de este presidente,
pero los numerosos personajes, hechos y problemas hacen que el
espectador que no esté atento llegue a perderse en estos juegos de poder (que ya
nos han enseñado en otros films y series).
El
mayor problema es que el que vea la cinta puede desconectar y sentir que
este biopic no engancha como debería,
que las palabras no resultan tan inspiradoras y profundas como podrían ser. Lincoln
no termina de emocionar (pese al matiz triste) y no roba al espectador. Algunas
tramas parecen quedar un poco desligadas como la que involucra a Robert
Lincoln, el hijo del presidente que interpreta el prometedor Joseph
Gordon-Levitt.
Sin
embargo, pese a los posibles defectos y que puede que Lincoln no sea tan buena como
muchos señalaron, el espectador se encuentra con un reparto completamente
entregado en cuerpo y alma a esta cinta. No dudemos pues que los actores son el
mayor aliciente: tenemos a Sally Field entregada como Mary Lincoln, a
secundarios tan buenos como Jared Harris (hijo del célebre Richard Harris) como
el mitificado- casi siempre- Ulisses S. Grant, un Tommy Lee Jones que borda su
papel del “íntegro” Stevens… Y todos ellos consiguen momentos sublimes, donde
sus interpretaciones brillan (una de las mejores, sin duda, el rapapolvo que le
echa Mary Lincoln a Stevens).
Hacia la eternidad. |
Y
está Daniel Day-Lewis y está en un párrafo aparte porque se lo merece. Este
actor, tan conocido por cómo se prepara a conciencia cada uno de sus
personajes, parece que es el Lincoln escapado de los libros de Historia. Su
imagen es la de ese presidente que ya no es de este mundo, sino que entra en el
terreno de la leyenda donde la realidad y la ficción juegan cogidas de la mano.
Observamos a un Lincoln que quiere a su familia, pero que ha sacrificado mucho
para conseguir lo que desea. Suponemos que, como era de esperar tras ver los
tráilers, Day-Lewis se lleve un Oscar por una de las mejores interpretaciones
de su carrera y, sin duda, lo mejor de Lincoln.
Steven
Spielberg nos zambulle en las ciénagas de la democracia para contar uno de los
episodios más importantes de la Historia de la Humanidad. No hay demasiadas
luces y sí muchas sombras, metafóricas y literales (el sueño, el plano de la
cortina…).
Al
final, la película Lincoln sostiene que el
presidente muere (y fuera de cámara, no sabemos si la decisión es del todo acertada),
pero (véase la transición, tan deudora del Amanecer de Murnau) que su discurso sobre la libertad y el progreso se mantienen como
una llama. Lástima que ese fuego haga tiempo que se ha extinguido en el panorama
político actual.
[1]
Al principio, no se mancha de barro tras la batalla. Al final, ocupa el puesto
de la bandera enemiga, demostrando que ya no hay camino para los sureños.
Me alegra de no lo mitifiquen con mentiras como suelen y ocultando cosas como suelen hacer a veces... Quiero ver esta película, y menos mal que aquí no han intentado poner vampiros XD
ResponderEliminarHola, Hitos
EliminarPese a que no está mitificado, el aura de Lincoln tiene cierta luz casi divina, casi de mesías. Y eso que la cinta echa abajo muchas cosas, como el ver cierta compra de votos.
Ya me comentarás.
Muchas gracias por tu comentario.
P.D.: El que pensó que poniendo vampiros o zombis porque sí se mejoraba algo, cometió un grave error.