El brujo Merlín, Lyra Belacqua, Feänor, Ciri, Ged Gavilán, Arya Stark, Conan, Guts, Raistlin, Kvothe… Muchos son los personajes del género fantástico que se quedan grabados en nuestra memoria, que nos acompañan para siempre, que se convierten en nuestro reflejo dentro de lo imposible. Podemos citar cientos y cientos de ellos. Son una parte de nosotros mismos.
Cada uno, representa un paradigma de ideas sobre cómo la imaginación puede cambiar el mundo y abrir la puerta a otros que, aunque sean imposibles, pueden conmovernos, fascinarnos, hacernos soñar.
Nos gusta la fantasía no solo porque es un espejo distorsionado de la realidad, sino porque abre las ventanas a multiversos de multiversos. Y una de esas grandes ventanas que he descubierto en los últimos meses ha sido el videojuego Baldur’s Gate 3.
La gran partida de rol
Mucho se ha dicho ya del videojuego de Larian Studios, premio al Mejor Videojuego del Año, fuente de miles de memes y del temor de ciertos creadores que piensan que situarlo como nueva vara de medir les afectará, ya que ¿por qué no permanecer en la mediocridad de la que han disfrutado hasta ahora? (Triste debe ser el campo del videojuego mainstream para querer conformarse y rehuir la excelencia de BG3…).
¿Por qué los personajes de #BaldursGate3 son tan especiales y por qué ya son joyas del fantástico? Share on XDesde este tema (que supone dada su alta calidad una amenaza para los estudios que se conforman con videojuegos sacacuartos) hasta que puedes patear a una ardilla o hacer romances con todos tus compañeros, pasando por la multitud de memes que ha generado este juego que es como jugar una partida de Dragones y Mazmorras pero en tu ordenador o consola sin tener que luchar por cuadrar el horario de todos los jugadores… Todo esto ha sido comentado en posts, vídeos, tuits…
Pero creo que todavía se puede hablar de algo más: de la grandeza de sus personajes.
La grandeza de los personajes
A menudo, cuando hablamos de grandes historias, solemos centrarnos solo en el argumento. El Señor de los Anillos trata de un hobbit que intenta destruir un Anillo y vive muchísimas aventuras. Las Crónicas de la Dragonlance trata de un grupo de héroes que se enfrenta al retorno de una maléfica reina de la oscuridad. Terramar trata de un joven mago que debe enfrentarse a su sombra. Todo eso está bien, pero ¿dónde radica realmente su grandeza? ¿En la trama, es decir, en cómo está contado? ¿En sus escenarios? ¿En su estilo narrativo? ¿En su vocabulario? ¿En su uso de recursos estilísticos como metáforas? No, desde mi punto de vista, radica en algo más importante: los personajes.
Si bien en los últimos años el reinado de Brandon Sanderson ha hecho que muchos crean que la buena fantasía se basa en complejos sistemas de magia (que en realidad son un copia y pega de las reglas de los juegos de rol o los tutoriales de los videojuegos) o que todo es worldbuilding (es decir, la construcción de los mundos), el propio creador de Mistborn o El Archivo de las Tormentas afirmaba en su obra Curso de escritura creativa que lo auténticamente importante eran los personajes, que eran los que enganchaban al lector, los que hacían que participasen también en la historia. Y eso es una gran verdad.
Por muchos tutoriales de magia que escribas o por mucho que te curres una Wikipedia de tu mundo, si tus personajes no dicen nada, la historia tampoco lo hace. Por eso, muchos odiamos las primeras películas de Dragones & Mazmorras, pero adoramos Honor entre ladrones, la última: por sus personajes:
La importancia del juego
Y una demostración de cómo los personajes son la clave está en Baldur’s Gate 3. Jugar a Baldur’s Gate te permite hacer locuras: puedes enrollarte con un druida convertido en oso y dejar que un vampiro beba tu sangre, pero también convertir a un hechicero de marras en oveja para que deje de incordiarte o matar a uno de los personajes principales por las risas. Pero esto es el Caballo de Troya, el meme que populariza el juego… En realidad, es mucho más y lo importante es el concepto de juego. ¡Jugar es importantísimo!
Aunque de vez en cuando aparezca alguien que se queja de que juguemos -tachándonos de niños (los troles son reales), en realidad-, desde el punto de vista antropológico, el juego ha fomentado la imaginación, ha permitido expandir nuestras mentes y crear lazos con otros individuos. Jugar es importante en la infancia, pero también lo debería ser en cualquier época (aunque los juegos de mesa sean de 2 a 99 años, ¿QUÉ PASA CON LA GENTE DE 100? ¿EH? ¿EH?).
¿Por qué deberíamos renunciar a una experiencia como la que vivimos en este videojuego porque a un tipejo de Twitter se le ocurra decir que los videojuegos son una pérdida de tiempo?
Tu propio juego
En Baldur’s Gate 3, Larian Studios te deja un montón de juguetes para que cada jugador decida cómo emplearlos en su partida. Esto parece sencillo, pero no lo es. Los seis años que empleó el estudio para crearlo están plenamente justificados, porque nos da las herramientas para contar TU PROPIA HISTORIA, a partir de una historia base. Me explico: tú puedes jugar una partida como si fueras un personaje grimdark al estilo de las novelas Joe Abercrombie. O puedes ser un pícaro como Kvothe de El nombre del viento. ¿O quieres ser tan heroico como Aragorn de El Señor de los Anillos? Puedes.
En eso bebe muchísimo del juego de rol: la magia de Dragones y mazmorras está en lo que diferenció a este juego de rol de otros wargames anteriores: la capacidad de interpretar. A menudo, muchos videojuegos te venden la idea de que tú puedes actuar como otro personaje, pero, en realidad, lo haces bajo parámetros muy estrictos y los videojuegos de ciertas compañías temen que te pierdas un gran segmento de historia y te obligan a hacer ciertas cosas, sí o sí, para mostrártelos. Es como ese colega que te come la oreja hablándote de sus vacaciones y te hace ver cada una de las fotos de su viaje. Eso no pasa en Baldur’s Gate 3, en él tú puedes interpretar al personaje como te dé la gana y puedes hacer que la historia sea como tú quieras.
Y ahí es donde entran los personajes.
Si bien puedes interpretar a alguno de los pregenerados por el juego, lo recomendable es que crees uno propio y decidas hacerlo partícipe de una historia que nunca será igual para dos jugadores. Puedes ser un elfo, un tiefling, un mediano… y después elegir su clase: paladín, brujo, druida… Lo que tú quieras. Y puedes decidir que tu personaje evolucione como desees, ya sea a través de las habilidades que consigues o, mejor, ¡las respuestas que das! ¿Quieres ser un héroe intachable, como Tanis el Semielfo? ¡Puedes! ¿Quieres ser un mago inútil digno de Mundodisco? ¡Puedes! ¿Quieres ser un villano terrible como Sauron antes de convertirse en Señor Oscuro? ¡Puedes! ¿Quieres ser un bárbaro como Conan? Vete preparándote para maldecir a Crom. ¿Por qué no?
Pero todo esto es solo un sandbox de manual, ¿no? Baldur’s Gate 3 te da los juguetes, tú decides qué hacer con eso y tu existencia influye en el mundo, pero también en los otros personajes que hay a tu alrededor. Puede salirte mal un hechizo de invisibilidad y acabar en la cárcel. Puedes cargarte a uno de los protagonistas y decir adiós a toda su trama. Puedes liarla en cualquiera de los reinos que visitas por tomar una mala decisión.
Pero hay algo más: los personajes que te rodean son también brillantes. Lo interesante es que tienen historias fascinantes. Como escritor de género fantástico y lector del género, disfruto mucho de videojuegos como God of War, donde Kratos tiene una grandísima historia, pero también de mangas donde hay personajes fascinantes como Guts o Griffith en Berserk. Algo que tiene Baldur’s Gate 3 es que cada personaje tiene una subtrama estupenda con la que muchos escritores de fantasía se frotarían las manos. En serio, puedo verme a cientos y cientos de escritores de fantasía que saldrán a publicar sus historias después de jugar a BG3. ¿Y no es bueno que un videojuego nos inspire?
Los personajes de Baldur’s Gate 3
Pero ¿quiénes son los personajes de Baldur’s Gate 3 y porque sus historias dan para su propia saga?
Astarion
Para empezar, tenemos a Astarion, un elfo vampiro que no ha parado de generar memes dado su talante de pícaro que llega a recordar a Lestat el vampiro, el personaje creado por Anne Rice. A medida que la historia sigue adelante, Astarion puede convertirse en nuestro aliado o enemigo y descubrimos más del mensaje sangriento grabado en su piel o su deuda con su sire, Cazador.
Para todos aquellos que hemos jugado a juegos como Vampiro: la Mascarada, Astarion es la mezcla perfecta del mundo de tinieblas y de Faêrun. Más allá de sus comentarios irónicos o su humor negro, podemos empatizar con dolor y descubrir que está lejos de ser un personaje perfecto. Es más Spike de Buffy, cazavampiros o Eliot de The Magicians que el típico vampiro de novela romántica que brilla a la luz del día (y no porque se prenda fuego…).
El actor Neil Newbon hace un papel magnífico, dando un fuerza a su personaje que resulta única. Además, podemos reírnos con sus comentarios malignos, pero luego nos sorprendemos cuando llegamos a pasajes dramáticos, como el momento en el que nos encontramos con su tumba o nos enfrentamos a las consecuencias de lo hecho bajo las órdenes de su creador, el malvado Cazador.
Karlach
Por no olvidar a mi otra gran favorita: Karlach, nuestra tiefling bárbara que ha pasado demasiado tiempo en el infierno y tiene un corazón alimentado por una máquina del averno que ha empezado a fallar.
Sí, en Dragones & Mazmorras, más allá del satanic panic de nuestra realidad y todo el miedo que los padres tuvieron a que sus hijos invocasen al demonio jugando, hay seres infernales que hacen pactos contigo, como Zariel o el malévolo (pero con una voz maravillosa) Raphael. Karlach, pese a todo, sigue sonriendo y se convierte en uno de esos personajes que queremos que nos acompañe siempre.
Puede que, a simple vista, nos resulte una especie de émulo de Hellboy en chica, pero también vamos descubriendo más matices de ella a lo largo de nuestro periplo. Y es que tiene lo que necesitan muchos personajes, ya sea de videojuegos o cualquier otra forma artística: carisma. Y no me refiero a hacer chistes todo el rato, como en algunas pelis de Marvel o como la protagonista insoportable de Forspoken, sino a su capacidad para que empaticemos con ella, con sus alegrías y tragedias.
Samantha Béart, la actriz que da vida al personaje, tiene varios momentos magníficos, pero mi favorito es el que tenemos tras el enfrentamiento con su antiguo amo, lord Gortash. Increíble cómo su voz se quiebra en ese instante donde nos damos cuenta de que es más real que muchas personas que conocemos en nuestra vida.
Shadowheart
Lo mismo llega a pasarnos con una asesina fanática como es Shadowheart, que pronto evoluciona de ser una sacerdotisa guerrera de Lady Shar a ser una de nuestras aliadas. En Baldur’s Gate 3, perderte es una suerte porque te permite descubrir otras historias y, gracias a deambular sin mucho ton ni son, me topé con la parte del relato que me descubría el pasado de este personaje y que me hizo adorarla.
Otra cuestión es que, a menudo, en la ficción, parece que todos los personajes que nos gustan tienen que ser aquellos que nos caen bien y, al principio, Shadowheart nos recuerda que no. Al principio es casi imposible tener una conversación con ella sin acabar metiendo la pata, pero por suerte, pronto descubrimos nuevas capas, sobre todo cuando profundizamos en su arco y en el Templo de Shar. Es entonces cuando el personaje comienza su arco de redención.
Y nosotros adoramos los arcos de evolución, la capacidad de un personaje para cambiar del principio al final. En Star Wars, Anakin pasa de ser un crío esclavo a ser un valiente Jedi que sucumbirá al Lado Oscuro como Vader para luego redimirse. En Baldur’s Gate, podemos experimentar una evolución con Shawdoheart… siempre que tomemos ciertas decisiones. Ahí nosotros también somos creadores.
Lae’zel
Del mismo modo, vivimos el cambio con la guerrera Lae’zel, aunque es un personaje que perdí al principio de mi partida y me quedé sin toda su subtrama.
…
Sí, lo confieso.
Pero lejos de que esto suponga un drama, considero que en realidad es la oportunidad de volver a jugar el juego y poder cambiarlo en otra partida. Parece una tontería, pero en esta época de juegos clónicos, la capacidad para que un título se reinvente de modo infinito me parece mágico.
En cuanto vuelva a jugar, espero poder hablar más de este personaje y entender que si a mi primera partida le faltaron más dragones fue por no contar con ella.
Gale
Otro personaje que nos acompaña es Gale, un hechicero que robó el poder de la diosa de la que fue amante. Sí, sí, hay muchas tramas románticas en este videojuego.
Si bien en el recomendable libro del arte de Baldur’s Gate se comenta que se buscaba crear un mago con un estilo scholar, de profesor, de estudioso, en el juego tenemos una especie de hechicero ambicioso al que no le importa sacrificarlo todo por poder. Y eso que lo conocemos siendo un yonqui que necesita consumir objetos mágicos como si fuera droga.
Sin embargo… como todo buen personaje, tras una charla con Elminster (popular brujo de D&D), profundizamos más en su historia y su camino hacia la redención… siempre y cuando queramos redimirlo. Y además, cuenta con un gato bastante… curioso.
Wyll
Puede que más atrás se nos quede un personaje como Wyll, hijo de uno de los señores de la ciudad de Baldur’s Gate, pero es interesante pensar que su actor de doblaje y toda su trama cambiaron de sopetón. Y he aquí una lección: a menudo, nuestros primeros borradores de historias son aborrecibles. En 2020, el año de la pandemia, Baldur’s Gate 3 se publicó en un early access para que los jugadores descubriesen el primer acto de la historia y sirviesen también de betas del juego. Una de las quejas más repetidas tenía que ver con Wyll. Larian Studios las escuchó y, aparte de cambiar al actor de doblaje, cambió gran parte de su historia, incorporando la trama del pacto con la demoníaca Mizora y todos los juegos diabólicos que se conectan con la historia central de Raphael, el carismático villano de la historia. Todos deberíamos escuchar a nuestros lectores o jugadores beta… aunque no siempre.
Antiguos aliados
Pero estos son solo algunos de los personajes. Más allá de los principales, tenemos personajes como Jaheira o Minsc, que proceden de los juegos anteriores de la franquicia, y también otros como Minthara (casi imposible de reclutar) o secundarios magníficos como el nigromante Mustio y su “amistad” con la pequeña ladrona Arabella. Todos ellos aportan a una historia mayor. Muchos videojuegos, películas, libros o cómics de fantasías se hubiesen conformado con UNA tan solo UNA de las tramas de personajes como Astarion o Karlach. Hubiesen hecho que todo girase en torno a ellos y punto. En cambio, Larian ha creado un juego donde todos ellos aportan y mucho.
Y tú
Por si fuera poco, también estás tú. Eres otro de los personajes de la historia. De ahí que recomienden comenzar con uno creado por ti mismo. ¿Por qué? Porque tus decisiones afectan realmente al mundo y los personajes que te rodean. Concluí mi primer juego en Baldur’s Gate 3 con 135 horas y un 75% del videojuego (según las estadísticas poco fiables de PlayStation5) y ahora que naufrago entre los edits de YouTube que han hecho otros jugadores, sigo descubriendo cuestiones que no vi en mi partida. P
ero ya no es solo descubrir un segmento de la historia, sino que también depende de cómo juegues. Si eres druida, puedes hablar con todos los animales y descubrir nuevas historias. Si eres un nigromante, puedes ir por ahí resucitando muertos y siendo consciente de otros hechos que no conocías. ¿No es esa parte de la magia de este juego, que sea infinito e inagotable, que concluyas tu misión y desees volver a empezar?
Pero es que no son solo los personajes principales o los campos (como el hechicero Elminster o las menciones al elfo oscuro Drizzt) o las influencias de otras obras tan dispares como la obra de H. P. Lovecraft, los relatos de Robert E. Howard, la sátira de Mundodisco o la grandiosidad de El Señor de los Anillos, sino los personajes secundarios que tienen historias mejores que las de muchos protagonistas de juegos como los últimos Assassin’s Creed. Y es que un NPC de Baldur’s Gate tiene más historia y carisma que el personaje de Assassin’s Creed Mirage. Nos llega a importar más un fantasma de un crío como Oliver o nos aterroriza más la atmósfera del hospital abandonado del matasanos Malus que grandes videojuegos clónicos que nos están asediando últimamente.
Hoy, que Ubisoft farda de que utilizará la IA para crear personajes y respuestas, se hace todavía más importante que celebremos lo artesanal que es Baldur’s Gate 3. Con diálogos, posibilidades e historias ya sea en protagonistas o secundarios que nos demuestran la importancia de un equipo creando un gran mosaico, una gran historia que se convierte en la celebración del género fantástico que intentó ser Final Fantasy XVI y no lo consiguió.
Conclusiones
Y es que, como ya he dicho, los personajes somos todos nosotros. Podemos ser pícaros torturados como Astarion. O valientes bárbaras capaz de sonreír incluso ante la muerte, como Karlach. O ambiciosos hechiceros capaces de todo, como Gale. O guerreras que pueden dejar atrás su fe o el odio como Shadowheart o Lae’zel. Por no mencionar paladines como Wyll o leyendas como Jaheira o Minsc, que representan el legado de un mundo que puede cambiar. Y es que ahí radica la auténtica magia de la fantasía: en la capacidad de vislumbrar nuevos mundos y el mundo de Baldur’s Gate es eso: una celebración infinita de la fantasía y de los personajes fantásticos.
Y hasta aquí el vídeo sobre los personajes de Baldur’s Gate 3. ¿Cuál es tu favorito? ¿Y el que menos? ¿Qué opinas del juego de Larian Studios? Espero tus comentarios.
Mi nombre es Carlos J. Eguren y si te ha gustado este texto, no dejes de suscribirte, darle me gusta, compartir, comentar y todas esas cosas que me ayudan a seguir creando. ¡Nos vemos en el próximo vídeo hasta entonces seguiremos explorando Baldur’s Gate 3 y la grandeza de sus personajes y del fantástico!
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