Ray
Bradbury escribió Calidoscopio, uno
de sus mejores relatos, recogido en la antología El Hombre Ilustrado. En este cuento, un grupo de astronautas queda
a la deriva en el espacio y piensa lo que será de ellos mientras se acercan a
la atmósfera de la Tierra, donde se desintegrarán. Contiene lo mejor de Ray
Bradbury, incluyendo uno de los finales más hermosos de la literatura.
Alfonso
y Jonás Cuarón, los responsables del guion de Gravity, quizás leyeron esta obra para inspirarse en la odisea
espacial que han tramado a partir de una historia sobre agonía, que nos
recuerda a films como la injustamente olvidada El salario del miedo, donde sus personajes estaban al borde de la
muerte y la oportunidad de escapar era casi imposible.
A
partir de los astronautas convertidos en náufragos de ese océano infinito que
es el sol, Alfonso Cuarón nos relata en realidad una historia de superación, de
un personaje que debe aceptar su destino y superar su pasado, convirtiéndose en
un espejo de lo que debe ser la humanidad: un héroe. Para ello tenemos a ese
hacedor de historias que es Matt Kowalsky (George Clooney) y la doctora Ryan
Stone (Sandra Bullock, sobre la que recae el peso o la gravedad de toda la
obra).
Uno de los mejores planos. Uno de los mejores posters. Uno de los mejores lemas. |
Hay
un personaje más en la obra, además de las voces de la radio o la misma muerte
con la que se encuentran de cara. ¿Quién? Ese espacio profundo y aterrador,
plagado de estrellas y peligros. En él, unos humanos que son el culmen de su
especie resultan ser lo más pequeño y aparentemente insignificante de la
creación. Stone y Kowalsky se enfrentan a la adversidad de un lugar misterioso
e indescriptible como es el universo, pero también se enfrentan a todo aquello
que llevan dentro y a su lado más humano.
Y
qué bien lo hace el director Alfonso Cuarón para contarnos estos. No solo a
través de su cuidada fotografía que ya había demostrado en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban o esa obra maestra que es Hijo de los hombres, sino también
porque es el primer director de cine que me demuestra que el 3D puede servir
para algo, que puede emocionar y ser parte del mensaje de la trama. Alfonso Cuarón
recuerda que la técnica es importante, pero también el contenido, lo que
realmente emociona: esas lágrimas que vuelan a la nada, por ejemplo.
Gravity
resulta más emocionante por su vertiente humana en el uso del 3D que cualquier
otra película que un servidor haya visto utilizando esta técnica. ¿Un ejemplo?
Esa astronauta girando y asfixiándose en un espacio inmenso y terrible, pronto
consigue transmitir su agonía al espectador.
Antes de la tragedia. |
Además,
el 3D alcanza cotas impresionantes desde el inicio, cuando Cuarón se toma su
tiempo presentándonos la magnificencia de la Tierra y a unos personajes
enfrentándose a una auténtica odisea en el espacio. Cuarón no tarda en
asustarnos cuando lo desea, lanzándonos fragmentos de satélites a la cara, nos
recuerda lo poco que somos si nos asustamos y los grandes que llegamos a hacer
si nos levantamos.
El
director mexicano nos mete dentro del casco de astronauta y desde él vemos esa
inmensidad (excelentes planos subjetivos) y sufrimos desde el comienzo porque
sabemos que nada puede salir bien a menos que nos superemos a nosotros mismos.
No es raro que el espectador se sienta como si hubiera viajado al espacio una
vez ve desde dentro del cristal este hermoso y cruel universo, que no es más
que un reflejo de nosotros mismos.
Si
nos quedásemos con la excelente fotografía, los impactantes efectos especiales,
el espectacular y dramático 3D o el sobresaliente sentido del sonido (los
silencios, la música, la radio…), no estaríamos siendo justos con Gravity. Esta película es algo más: se
convierte en una obra donde la soledad, el miedo y las ansias de superación
juegan un papel determinante en diversas escenas. Cuarón se fija en el personaje
más débil, profundiza en su pasado, le hace comprender el dolor de lo que ha
sufrido y le hace ver algo más allá de la inminente muerte que puede cambiarlo
todo. El ser humano necesita fe en la vida y eso es lo que se plantea mediante
la visión de la postal del santo o el buda en los diferentes restos de chatarra
espacial.
Es
el alma lo que hace de Gravity una
buena película y no un mero compendio de imágenes sin ton ni son usando una
fórmula repetitiva, deseando vender sin ser realmente un “alimento” para el
intelecto o el goce del espectador. Gravity
consigue recordarnos en muchos momentos que el cine es arte, algo que muchos
querían hacer que olvidásemos con tal de quedarse con nuestra pasta.
¿Obra
maestra? ¿Film de culto? Solo el tiempo y la gente podrá decirlo. Un servidor
siente que ha visto algo muy grande pocas horas después de verla. Puede que la
película sea muy rápida (aunque uno siente alivio de no toparse con una
pedantería de tres horas y sí con la sinceridad de Cuarón). Puede que haya una
ilusión, un fantasma, que parezca una especie de deus ex machina… Pero las
sensaciones y todo lo que transmite Gravity
nos hace que no estemos hablando de una película sino de una experiencia que
vale la pena vivir.
Para
el recuerdo los planos subjetivos y los planos secuencia de Cuarón, toda la
historia y todo lo que compone Gravity,
sobre todo con ese final donde nos levantamos y nos enfrentamos a nuestro
destino.
Gravity de
Alfonso Cuarón es la consagración de un director, una reivindicación de un
género y una odisea humana, una odisea espacial, como decía Kubrick, como
cantaba Bowie, como escribía Ray Bradbury.
SPOILER
Cuarón no se olvida de que es un director y nos regala una de las imágenes más
hermosa del cine y no es otra que esa mujer llegando a un lugar a salvo y
recordándonos a un feto unido por el cordón umbilical a la nave, a la vida que
representa.
SPOILER
Una de las mejores escenas (si no la mejor) es cuando el personaje de Sandra Bullock
consigue usar la radio y comunicarse con un hombre que ríe, con sus perros y su
bebé, que canta una nana, que le recuerda al personaje de la mujer que hay
vida.
SPOILER
Otra escena para el recuerdo es ese dramático desenlace en que el ser humano
aparece de entre las aguas como lo hicieron nuestros más antiguos antepasados. La
doctora Ryan Stone queda en paz con su pasado, abraza la vida, y lo hace como
seguramente lo hizo el primer mamífero que escapó de esas turbulentas aguas y
se encontró con la inmensidad de la naturaleza, la belleza de las estrellas.
Me han entrado ganas de verla, aunque confieso que no soy nada fan de las pelis del espacio. ¡Te maldigo por ello!
ResponderEliminarEspero que te guste tanto como a mí. Atenta al apartado técnico y los planos secuencia que hace sin despeinarse, a la vez que cuenta una historia de superación de una forma que nos recuerda lo inmenso que es el espacio.
EliminarBueno, si solo estuviese maldito por esto... jajaja
Un saludo, ya me contarás.
Una maravilla de película, cuya metáfora de la vida es, probablemente, de las más acertadas que he visto en el cine. Tecnicamente, es una obra maestra y pasará tiempo hasta que una película alcance su excelencia. Alfonso Cuarón ha realizado un trabajo soberbio y me ha hecho viajar a la inmensidad del espacio durante unas horas, incluso tras salir del cine mi mente seguía allí arriba. "Aquí arriba nadie puede hacerte daño"... Quiero vivir entre las estrellas, aunque eso sería ir en contra del mensaje de la película, salvo que mi destino sea batir el record de Kowalsky... Magnífica película y genial reseña, totalmente de acuerdo con todo lo expuesto en ella. Chapeau!!!
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado la película, tanto a nivel técnico como argumento, y también la reseña. Disculpa por tardar tanto en responderte, he estado perdido. En cuanto al mensaje de la película: siempre hay que levantarse y no podemos olvidarnos de eso. Cuarón nos recuerda algo que nunca deberíamos haber olvidado. Un saludo y gracias.
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